367 pp. A translation from English of Caitlín R. Kiernan, Beowulf (New York: HarperEntertainment, 2007). All elements of the original publication are translated, including Gaiman's brief introduction (15-17) and Kiernan's glossary (341-54) and author's note and acknowledgments (355-56). A new "Prólogo" by Gallego is added (11-14), and the contents conclude with several pages of advertisements for other books in the Espasa Narrativa series.
The novel's "Presentación" begins:
Hubo un tiempo anterior al hombre, un momento previo incluso a la existencia del mundo, en que la totalidad del cosmos no era más que la negrura del Gran Vacío, el Ginnungagap. En los más apartados rincones del Norte se extendían las inmensidades heladas del Niflheim, y en el lejano Sur, el mundo del fuego, conocido como Múspelheim, en honor a Múspel, dueño y señor de los abrasadores fogones de ese territorio. Las cálidas brisas sureñas se transformaban en capas de escarcha al encontrarse con los fríos vientos septentrionales y terminaron por dar forma a Ymir, el padre de todos los gigantes de la escarcha, también llamado Aurgélmir, la "olla de barro." A partir de esa escarcha primigenia se formó también la primera vaca, Audhumla, cuya leche alimentó a Ymir. Fue ella quien lamió un bloque de sal con la lengua hasta crear al primer dios, Búri. (19)
And the novel ends:
—Un hombre como vos podría ser el héroe del cantar más grande que jamás se haya cantado —empezó ella, y Wíglaf, hijo de Wistan, miró profundamente en los melifluos ojos de esa mujer de los mares. Su imaginación se llenó con el canto de la sirena y sus promesas, pero también advirtió claramente el precio que tendría que pagar, el precio que muchos otros hombres pagaron antes que él—. Un hombre como vos … —repitió la hechicera y extendió la mano hacia el gauta.
—… podría seguir el camino que le complaciera —replicó Wíglaf mientras el helado oleaje se derramaba sobre sus pies—. Os conozco, bruja, y sé que habláis de gloria y de riquezas y de fama, y si no fuera por lo que he visto, sería el regalo más maravilloso que jamás se le hiciera al hijo de un pescador.
—Lo decís vos …
La dama del lago sonrió. Era entrada en años, tenía a sus espaldas más de los que cualquier mortal podría comprender y sabía esperar la ocasión propicia.
Y las nornas Urd, Verdandi y Skuld, las tres parcas que laboriosamente tejen las vidas bajo las raíces de Yggdrásil, observaron cómo se componía poco a poco otro tapiz fuertemente anudado en sus telares. Cada hilo era un objeto precioso para ellas; por eso tejieron y esperaron con la paciencia de quien tiene a su disposición toda la eternidad … (338-39)
BAM.